![]() |
A veces en algunos días grises |
Primero contaré mi experiencia lastimosa, esa que surge de un pensamiento oscuro y tenebroso, aunque para ser modesto diré que ese pensamiento no me corresponde, sino a un tercero.
![]() |
...cuando pierdo la esperanza, cuando no encuentro la paz |
Eché entonces tierra a mis zapatos, mojé mi remera para no dejar de tener frío y partí hacia el tiempo inhóspito, hacia lo desconocido, hacia lo tenebroso.
¿No se siente una sensación de bienestar en las piernas al comenzar?. Es decir los que ya estamos acostumbrados a caminar, correr o cualquier actividad que requiera el uso, el uso y el uso de músculos inferiores, sentimos (o al menos así lo siento yo) una sensación de descanso en un principio. Esto ha de ser porque pensamos e imaginamos que en un futuro lejano o no lejano estaremos sintiendo molestias.
En fin, creo que mi no sufrimiento del comienzo me dio entusiasmo para recorrer el largo trecho que me mostraba la noche.
Después de unas dos o tres horas de caminata, me sentí completamente acompañado, ¡oh! ¡si hubieses estado allí adentro mío mientras caminaba!. La sonrisa que tiempo atrás se había borrado empezó a resurgir, salió a la superficie como periscopio de submarino cuando recibe noticias de posible ataque. Sonreí porque sí. No tenía explicación, evidentemente había pasado por allí un pensamiento positivo, demasiado positivo, difícil de amedrentar.
![]() |
...me pregunto si en verdad existes |
Mi vela estaba completamente apagada y el pergamino también, ninguna daba brillo, ninguna daba luz. Mi mente estaba completamente en blanco y mi hoja de recuerdos también, todavía no había salido a andar, todavía no había pisado firme.
Me decidí entonces, era momento de dar un gran paso, mi futuro y mi felicidad lo agradecerían. Encendí la vela y observé el pergamino, mis todos sentidos estaban destinados a mi mapa, a esa hoja que tenía en mis manos. Me detuve, sentí mis cinco dedos helados y mis pelos mojados de la lluvia se pegaban a mi frente. Mis nuevas zapatillas ahora eran viejas y mi paso era vano, ya no existía, había frenado, estaba con velocidad cero. Sentí un lindo viento fuerte en la espalda y mi ropa se pegó a mi cuerpo por efecto de la transpiración.
Sentí, viví y sonreí en ese momento. Viví el momento y olvidé mis sueños pasados y mis anhelos futuros, rogué a quien me acompañaba para que no me abandone, aunque ya sabía que no lo haría. Mi alegría destruyó mi pesimismo y mi gran estado de ánimo hizo desaparecer al precedente negativismo.
![]() |
...es la voz de Dios mi amigo... |
Mi vela brillaba cada vez más y mi cuerpo no existía como tal, me había desprendido de mis deseos humanos queriendo llegar aún más lejos, queriendo ser más fervoroso y espiritual. Mi ego no existía y mi yo se desvanecía, sufrí amor por primera vez, verdadero amor.
En estos momentos, de tal agonía en vida, de tal pesadumbre y tristeza y soledad es cuando, muchas veces nos encontramos con Dios, Quien nos amó, dio la vida por nosotros y en cada misa nos demuestra cuánto nos ama: "En cada misa repites tu sacrificio" - canción Jesús amigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario